Como contaba antes, la prueba se realizaría en un camión... la cuestión estaba interesante pero el tema era llevar un equipo adecuado y para ser sincero no había hecho pruebas de circuitos bajo esas condiciones. En fin, sea como sea sería algo digno de verse, probarse, medirse y desecharse para seguir con la clásica ley de ensayo y error que suelo tener en el taller. Todo sea por la mejora contínua...jajajaja.
Pero bueno, esta vez ya no quería usar mi equipo...quería probar mis límites, intentar cosas nuevas. Entonces, mientras huía de mis preocupaciones y meditaba cual Capitán Harlock en su silla (aunque entre piratas mas parezco Jack Sparrow...despues de almorzado por los caníbales) algo iluminó a un recién llegado...la Raspberry Pi.
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Mas vale decir "aquí corrió" que "aquí murió"...pero al menos lo intentó |
Alimenté mi Raspberry con un banco de baterías con conector USB y mientras la acomodaba en mi mochila recordé mis viejos tiempos de colegial, donde se encendió la chispa electrónica en este humilde mortal. Quienes me conocen recordarán que por aquellos días le puse un sistema de sonido a mi mochila, junto con LEDs que encendían al ritmo de la música y un improvisado equipo de karaoke que con un simple interruptor le quitaba la voz a cualquier canción. Al final con el equipo instalado en la mochila yo me alucinaba como el Master Chief de Halo con la Cortana Pi a cuestas (mmm...Cortana solo de personaje. No quiero saber nada de Windows Phone hasta nuevo aviso), pero bueno, a mi Cortana aun le faltan varias cosas...y cirugías también. Acá la muestra
Instalando el equipo. De yapa me llevé el anterior módulo para probarlo |
Y llegó la prueba consabida. Hubieron varios factores que nos jugaron en contra pero finalmente llegamos al paso de tren mas alto del mundo. La zona (¿turística?) de Ticlio nos dió la bienvenida con sus poco mas de 4800 msnm. El vehículo que usamos para esa prueba (que en realidad fue un reconocimiento de ruta para luego dar lugar a las pruebas) llegó contra todo pronóstico (incluido el mio. Hasta corrieron las apuestas). Los equipos que llevamos llegaron bien (se llevó otro equipo para medir la temperatura, en este caso fue un Pro-Face LT3300 que llegó, a pesar de mis dudas, a ser un equipo realmente bueno y de mi estima personal ya que funcionó bien en un vehículo a pesar de ser un equipo de uso estacionario). Incluso yo, que fui (repetidamente) advertido de la altura, el "soroche" (malestar ocasionado por el enrarecimiento del aire debido a la altura. En fin, hay cosas que me hacen doler la cabeza bastante y a nivel del mar...creo que ya estaba acostumbrado) y del frío...andaba tranquilo por aquellos lares ya que (como sabrán) soy amante del frío y (afortunadamente) la altura no tiene gran efecto en mí. De hecho fui ilusionado de ver la nieve que suele caer en este paso (creo que era el único ilusionado con esto, ya que normalmente se hace un despelote porque se atoran los carros y el viaje pasa de unas cuantas a muchas horas). Considero que es uno de los fenómenos naturales que, gracias a nuestro calentamiento global, se convertirá dentro de unos años en un privilegio mas raro de ver que yo con mi mochila en secundaria.
Reitero: me gusta el frío. Creo que haré mi casa de verano aquí o en un refrigerador |
Pero regresando al tema del equipo, los datos fueron satisfactorios y no solo la Raspberry demostró su valía. Armado con su GPS no solo capturamos la velocidad, sino tambien la posición y la altitud con una resolución de 1 dato por segundo...El asunto no solo pintó bien, sino que además la Raspberry me demostró funcionar tan bien que ahora hacer desarrollos mas complejos se me haría tarea fácil. Con el pasar de los días el equipo fue mejorando al punto de que no solo registraba los datos del GPS, sino que también los filtraba, almacenaba y hasta también los ordenaba según el número de prueba. La mayor de las ventajas era que pasaba de usar algunos kB de memoria a unos cuantos GB de almacenamiento disponible...Finalmente, tenía el equipo ideal para estas pruebas. Yo: feliz, y tuve que adjuntarle una pequeña frambuesa rosada a mi bandera de ARM que ya flameaba junto a la de Microchip y ya empezaba a izar tambien la de ATMEL, que se unieron al repertorio y que queda asi: proyectos simples con PIC y ATMEL, cosas complejas con ARM y finalmente asuntos de procesamiento, comunicaciones y almacenamiento con Raspberry Pi. Paz para todos.
Pero bueno, luego de seguir con la ley de ensayo y error el equipo empezó a tomar mas forma aun. Una pantalla gráfica TFT y un teclado matricial fueron las últimas adiciones al dispositivo que cada vez empezaba a tener forma de algo...que explicaré en la tercera parte de la trilogía de búsquedas de sitios, porque si bien he hablado del equipo, aun no he llegado a decir a donde me llevó (ni mucho menos, de donde me trajo). Sólo adelanto que mi situación se puso color Sillao (salsa de soya de sabor salado y color muy muy oscuro...y con origen asiático). En fin, ni modo, Este equipo por lo menos me dice donde estoy, y es aqui: en RaccoonTech...jejeje...